2005...

PING...

Tienes un correo electrónico...

“Eh, Kara, es para hablar sobre el mensaje que te dejé en tu teléfono. Quisiéramos ofrecerte un trabajo...”

Nunca antes o desde entonces me moví tan rápido como en ese momento; busqué desesperada y torpemente mi teléfono antes de que el “trabajo” milagroso del que hablaba desapareciera.

Canal SKY 226. Una compañía joven llamada “PokerZone” quería pagarme por trabajar como presentadora de TV. Se trataba de un trabajo con dinero real y todo eso. Luego de meses de vivir con migajas y comer demasiado arroz y frijoles de venta a granel, pensé que quizás solo eran ilusiones o que mi mente me estaba jugando una mala pasada. Pero no, era el principio de todo.

“Vive el juego”

Entre todos los lemas, sería difícil encontrar uno que describa mejor lo que fue la última década para mí. Cuando ese fatídico correo electrónico llegó a mi bandeja de entrada, no me hubiera podido imaginar lo importante que se volvería el poker en mi vida. De una manera muy real, este juego cambió mi vida. Me presentó a algunos de mis amigos más cercanos y mis trabajos de TV favoritos, y se convirtió en un pasatiempo que ha sido extremadamente entretenido y, por suerte, bastante lucrativo. También me hizo conocer a mi esposo (dónde más podría haber conocido a un jugador italiano de poker en línea) y me ha enseñado lecciones que aplico en mi vida y trabajo todos los días.

Siempre he creído en aprender a través de la experiencia. Cuando fui (por poco tiempo) maestra en Londres, tenía una muy buena relación con los niños a quienes se los podía catalogar como “alumnos kinestésicos”. Necesitaban vivir las cosas, tocarlas, actuarlas, sostenerlas en sus manos y darlas vuelta para verdaderamente comprender al máximo una idea. Sobre este mismo método me basé para forjar una profesión tanto del poker como de la televisión, a pesar de que en ninguno empecé con una capacitación formal.

Aprendí mucho sobre cómo hacer mi trabajo (un trabajo que rápidamente se transformó en una profesión) a través de este juego, y existen enormes similitudes entre ambos. Como alguien que adoptó la frase “Vive el juego”,, he aquí algunas de las lecciones que he aprendido.

La agresividad no siempre es mala

Créanlo o no, era una persona bastante tímida antes del poker. Si hace quince años me hubieran dicho que estaría haciendo transmisiones en vivo en ESPN para un millón de televidentes, me hubiera desmayado. O hubiera vomitado. La apuesta inteligente sería a ambas.

Era el tipo de persona que parecía estar ligeramente nerviosa casi todo el tiempo. No me gustaban las personas que hablaban en voz alta y odiaba los conflictos. Era excesivamente conciliadora. Aceptaba, con demasiada frecuencia, lo que las demás personas que estuvieran en el lugar decían o decidían. Como maestra, esto significaba que generalmente terminaba estando de acuerdo con que OBVIAMENTE esta otra persona era una mejor opción para dirigir un proyecto o para asumir más responsabilidad.

Claro, no NECESITABA un aumento salarial (aunque, oh por dios, realmente sí lo necesitaba). No podía luchar por lo que quería o necesitaba porque no sabía cómo y definitivamente no me sentía cómoda cuando tenía que ofrecerme para algo, especialmente si significaba competir con otras personas.

Todavía tengo algo de eso. Todavía me siento boba y tengo un sentimiento de culpa cuando les quito fichas a algunos de los adorables pero nerviosos principiantes en la mesa de poker. Si puedo ver que para alguien jugar en un evento significa tanto y que se la está pasando muy bien, prefiero no ser yo la que lo elimine. Eso no significa que NO lo haré, pero maldición a veces es como si me clavaran algo en mi dulce corazón.

Una de las cosas que me ha enseñado el poker es que la agresividad no es siempre algo negativo. Este no es un juego para personas comprensivas y tímidas. Con el poker, puedo dejar que mis fichas digan lo que quieran en voz alta y sean decididas en situaciones en las normalmente huiría. Me tomó varios años transferir esta idea al resto de mi vida, pero hacerlo ha marcado una gran diferencia.

Me di cuenta de que la agresividad y la confianza en uno mismo eran realmente solo herramientas, y tener herramientas en la vida que uno no utiliza es tan razonable como decir “Nunca subiré una apuesta. Nunca. Es grosero”. Suena simplemente ridículo. Usar tus fichas o tus habilidades para levantar la voz y decir “Eh, soy en realidad la mejor persona para este trabajo” simplemente tiene sentido.

Puedes pensar que es un poco raro que alguien así tan tímida haya terminado trabajando en TV. Sí, a mí también. Toda mi vida he tenido el hábito de salir constantemente de mi zona de confort para ver qué ocurre. Esa fue la razón por la que empecé clases de Muay Thai en la universidad, aunque era tan mala y tan dura conmigo misma cuando empecé que mi profesor luego me dijo que estaba sorprendido de que me haya destacado. Aunque terminé ganando algunos trofeos (*ahem* un alarde no muy sutil), por lo que el trabajo arduo rindió sus frutos. Nunca fui una “luchadora profesional” como algunos artículos me han descrito, pero tampoco era tan mala. No, no eran trofeos por participación.

El poker me permite sacar a la luz la confianza inicial que encontré en las artes marciales y hacerla más personal. En Texas Hold’em, aprendes bastante rápido que hay una categoría grande de principiantes que sufre por falta de agresividad. Y esto es cierto para un gran número de personas.

Una vez estaba en la casa de un ejecutivo de tecnología famoso en los Estados Unidos enseñándole a un grupo de millonarios y multimillonarios ridículamente exitosos cómo jugar poker en un evento privado de caridad. Como era privado, no tengo permitido dar nombres y decir quién era el anfitrión, pero puedo decir que había un Batman metido en esto. Esa es una categoría bastante amplia con la que no debo meterme en problemas.

Les explique a mis novatos las reglas del juego y hablé firmemente sobre lo vital que era tener agresividad. Hice lo mejor que pude para dejar ese punto en claro. Luego, llegó el momento de jugar un poco para que pudieran probar sus nuevas habilidades. Observé como estas personas supertalentosas, inteligentes, extremadamente exitosas y claramente competitivas terminaban en pozos familiares en los que se habían igualado las apuestas casi en todas las manos.

Conté esta historia para decir que 1) una vez trabajé para (un) Batman y 2) cualquiera puede tener miedo a la agresividad. La confianza en uno mismo no es una característica que todas las personas siempre tienen por naturaleza y en esos casos es cuando uno tiene que simular que la tiene. Tanto en el poker como en tu profesión.

La vieja frase “Fíngelo hasta que lo consigas” puede sonar como un cliché, pero de verdad que funciona.

kara-scott

A veces, dolerá

Cuando estaba comenzando en la TV, iba de audición en audición donde la mayoría de las veces me enfrentaba a productores que simplemente pensaban que no era la persona indicada para el trabajo. Tuve que aprender a que el rechazo no me afectara, porque tanto en la TV como en el poker, no se pueden ganar todas las manos. Si permites que cada rechazo te afecte, rápidamente encontrarás algo menos doloroso en lo que ocupar tu tiempo. El poker me enseñó a aceptar que, a veces, se pierde. Y tenemos que aceptarlo.

Muy a menudo, tenía que actuar en una audición frente a las irónicas sonrisas de todos los productores que me miraban . Estaba convencida de que era una mano que no iba a perder. Luego, una semana después, recibía la llamada que me informaba que habían elegido a otra persona. Sin una devolución, era muy difícil saber si había algo en la audición que había hecho mal o si simplemente no era la persona indicada para el papel. Estoy segura de que hubo algo de ambas cosas, pero poder diferenciarlas a veces parece imposible.

Seguramente existe la posibilidad de que tu racha de mala suerte haya sido consecuencia de la parte fea de la varianza, pero sea cual fuere la causa, es un buen momento para reflexionar sobre lo que uno ha estado haciendo y por qué quizás no ha estado funcionando. Luego de escuchar lo que pareció el “no” número un millón, tuve que ser brutalmente honesta conmigo misma y comprender si había algo que necesitaba cambiar o, quizá, si había alguna nueva habilidad que debía agregar a mi currículum vítae para hacerme más valiosa para mis empleadores potenciales.

Cuando estás en el ojo de esta particular tormenta de basura de poker, las rachas de mala suerte pueden ser desmoralizadoras, pero también son un buen momento para trabajar en nuestras habilidades. Aun cuando los malos resultados actuales son simplemente mala suerte, convertirse en un mejor jugador de poker (o mejorar en tu trabajo) nunca es una pérdida de tiempo. Trabaja arduamente para que una racha de malos resultados se convierta en el factor desencadenante automático para ir más profundo, evaluar tus habilidades y defectos con honestidad, y trabajar en ti mismo. Eso por lo menos asegurará que no pierdas tu tiempo.

Prepárate para que tus ases sean derrotados, porque a veces simplemente perdemos y eso es parte del juego. Aun cuando seas el favorito con un 80 % para ganar una mano, no siempre ganarás. Esa es una simple verdad. Entender eso hará que no se sienta como una injusticia cuando suceda.

Distingue cuando las pérdidas significan que debes mejorar y cuando significan que solo debes seguir trabajando hasta que la varianza se acomode sola. Es vital saber distinguir estas dos situaciones.

Prepárate para trabajar arduamente

Me sorprende cómo la gente piensa que tanto el poker como la televisión son profesiones fáciles. Estoy totalmente de acuerdo con que, sí, a veces son profesiones geniales que pueden ser increíblemente divertidas, pero eso no significa que sean maneras automáticamente fáciles de ganarse la vida.

Nunca me consideré una profesional de poker, a pesar de que de vez en cuando juego en el circuito profesional. Conozco a demasiados jugadores profesionales de poker verdaderos como para decir que soy uno de ellos sin reírme. Observo y escucho la gran cantidad de horas que implica perfeccionar su arte. No solo se sientan en las mesas a jugar regularmente, sino también repasan sus historiales de manos, hablan en situaciones difíciles con las personas en las que confían, hacen cálculos para ver qué líneas son óptimas, leen foros y mucho, mucho más. Los mejores lo consideran en serio y van más allá de los límites de su conocimiento para poder sacar ventaja a sus oponentes y mantenerse un paso más delante que ellos.

No seré una profesional del poker, pero sé cómo aplicar esa clase de ética laboral a mi propia profesión. Veo mi trabajo en TV para poder observar cuáles son mis puntos débiles, aunque verme a mí misma en la TV me da tanta vergüenza que me pone los pelos de punta. También paso tiempo observando a otras personas que respeto y están en mi misma posición, y les pido su opinión sobre diferentes aspectos del trabajo.

Nota al margen: Si alguna vez hacen algo en TV o realizan alguna otra presentación pública, pidan críticas a sus jefes o a aquellas personas en las que confían para que les den su opinión. No presten atención a los comentarios en línea. Créanme.

Cuando me contrataron para mi primer programa de TV estadounidense como la voz de comentarios principal (el torneo Super High Roller Bowl el año pasado con el profesional de poker Jesse Sylvia que hacía el análisis experto), pasé mucho tiempo escuchando a otros profesionales haciendo lo suyo. Así aprendí de algunos de los mejores (¡gracias, Lon y Norman!) Hacer eso me ayudó a romper mis propios patrones e intentar cosas nuevas, o a buscar maneras nuevas para hacer mi trabajo más original.

Antes de la primera sesión de voz en off, miré la grabación del juego una y otra vez para descifrar qué tipo de ritmo vocal sería el apropiado. Hice una anotación con los códigos de tiempo para cuando había buenas charlas entre los jugadores, las cuales no quería que tapáramos. Analicé las manos de poker con algunos profesionales para saber qué pensaban sobre el juego y tomé una enorme cantidad de notas. También estoy a favor de un método que ha sido probado para prepararme, que consiste en practicar frente a un espejo con un cepillo para el pelo como micrófono. Después, luego de la primera sesión, le pedí a mi productor que la analice conmigo, como una especie de “análisis de manos” después del juego, para saber cuáles eran mis puntos débiles.

Esos meses de trabajo fueron muy intensos para mí, porque volaba de un lado al otro desde Eslovenia (donde vivo) a Los Ángeles cada pocas semanas para grabar la voz de los programas mientras se editaban para Poker Central & NBC Sports. Era un nuevo desafío y realmente quería estar a la altura de las circunstancias, así que trabajé arduamente.

Aunque es difícil para mí juzgar mi propio trabajo, generalmente paso de que algo me no me gusta mucho a odiarlo por completo, sin reservas, me gustaron los resultados del SHRB. Jesse Sylvia es una persona muy relajada y un gran analista, así que terminamos complementándonos bien. Y se aseguró de que, a pesar de mi tendencia a prepararme en exceso, me mantuviera flexible & lista para cambiar de rumbo cuando fuera necesario.

Reflexión final

Como reflexión final, recuerda que sin importar lo que sea importante para ti, hacer la tarea es esencial. He transitado mucho desde aquellos días en 2005 en el viejo y buen canal 226. Aunque muchas de mis oportunidades surgieron en el lugar indicado en el momento indicado, aprovecharlas implicó trabajar arduamente.

A veces tienes que comer mucho arroz y frijoles de venta a granel antes de ver los resultados.

 

 

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